ANTONIO SANTA ANA |
SINOPSIS
La historia de un joven de quien su hermano tiene SIDA y es acompañado por su perro de raza siberiana. La trama de la historia se basa en un joven que vive en San Isidro y que está a punto de viajar a Estados Unidos. Antes de terminar de preparar sus valijas, narra como debió enfrentar el tenso clima familiar que vivió desde que tiene 5 años, cuando Ezequiel, su hermano mayor, se va de casa con 18 años tras una violenta discusión. Sus padres nunca quisieron hablar de ese tema, hasta que se enteran que su hermano tiene SIDA. En lo que serán sus últimos años de vida, mientras su familia niega la enfermedad de Ezequiel y las relaciones se tensan, entre ambos hermanos encarnan una profunda relación, mientras Ezequiel alivia sus frustraciones y depresión por su enfermedad en el cuidado de Sacha, su perro de raza siberiana.
LO QUE MÁS ME LLAMÓ LA ATENCIÓN
- Ninguna enfermedad te enseña a morir. Te enseña a vivir. A amar la vida con toda la fuerza que tengas.
- Tal vez lo bueno de los abismos sea, que se pueden hacer puentes para cruzarlos.
- Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo.
- Para oír hay que callar.
- Uno nunca termina de conocer del todo a las personas, ni aún a las más cercanas. Siempre hay una zona de cada uno que permanece a oscuras, alejada por completo de los demás. Una zona de pensamientos, de actividades, de cualquier cosa. Pero siempre hay un lugar de nosotros en el que no dejamos que entre nadie más. Yo creo que eso es lo que hace a las relaciones con los demás tan interesantes, esa certeza de que, aunque nos lo propongamos, nunca los vamos a conocer del todo.
- Lo único cierto que sabemos todos de la vida es que nos vamos a morir. Y lo único incierto es el momento.
- Le debo a Ezequiel el haberme enseñado que la vida no es más que eso: asomar la cabeza para ver que pasa afuera, aunque haya tormenta.
- Uno se hace lector para completar lo inacabado. Para completarse.
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